La tecnología SLI, propietaria de NVIDIA, y Crossfire, propietaria de ATI, nos permite, si contamos con la placa base adecuada para ello, montar dos tarjetas gráficas en paralelo.
Es una opción extremadamente cara. No sólo hay que contar con el precio de las dos tarjetas sino con el de la placa base, bastante más cara, y en la mayoría de los casos con el de una nueva fuente de alimentación, ya que configuraciones de este tipo necesitan una potencia mínima de 600W, bastante superior al estándar utilizado en sistemas domésticos. Además hay que tener en cuenta que estas configuraciones son más ruidosas y generan más calor en el interior de la caja.
Las configuraciones duales sí pueden ser una buena forma de prolongar la vida de nuestra antigua tarjeta gráfica, aunque, de necesitarla, la inversión en placa base, fuente de alimentación y tarjeta adicional, puede muy bien pagarnos una nueva y flamante tarjeta.
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