Silent Hill: Homecoming

 

La serie Silent Hill siempre se ha diferenciado de otros “survival horror” por ser un título que juega más con la tensión atmosférica que con los monstruos o con la sangre, algo más propio de la serie Resident Evil

Centrándonos ya en Silent Hill: HomeComing, parece que Konami quiere reiniciar la saga. El subtítulo HomeComing –de vuelta a casa- no es precisamente casualidad.

Un nuevo personaje, un nuevo argumento

El nuevo personaje que va a formar parte de la iconografía de Silent Hill es Alex Shepherd y curiosamente es bastante diferente a otros protagonistas. Primero porque en realidad no va a Silent Hill, sino que se dirige a su ciudad natal, Shepherd’s Glen, a hablar con su madre sobre la súbita desaparición de su hermano.

A partir de ahí se van a dar una serie de circunstancias que, como podréis imaginar, llevarán a Alex Shepherd al pueblo de Silent Hill en busca de su hermano desaparecido. Una vez más visitaremos lugares conocidos de sobra, como el hospital, la escuela o el ayuntamiento.

Sin embargo, este protagonista es diferente porque se trata de un marine retirado lo que hace que no se trate de un espectador casual que no sabe casi como manejar armas. Esta diferencia afecta especialmente a Silent Hill: HomeComing, porque con este cambio se ha decidido rehacer por completa una de las mayores debilidades de la serie, el sistema de combate.


La jugabilidad cambia

El cambio de personaje no es casual en este título, porque uno de los aspectos que ha querido mejorar Konami para la nueva entrega es el combate.
El combate siempre ha sido una de las principales debilidades del juego porque Silent Hill nunca se concibió como un título de acción. Buena muestra de ello es que normalmente cuando había enemigos, lo mejor era salir corriendo, aunque sí que es cierto que en algunos momentos era inevitable el combate.

Y es aquí donde más evoluciona el juego con un sistema de combate muy mejorado que recuerda a títulos como Resident Evil 4. No es que el juego sea más fácil en el combate, pero sí es cierto que al menos en este Silent Hill: HomeComing sobreviviremos golpeando en algunas de las situaciones en las que antes la huida era el único camino a tomar.

Si el combate es el gran cambio del juego, el resto del título conserva todos los elementos de la saga, con un control similar y, sobre todo, con el uso de la linterna y la radio como grandes estrellas. Mientras la linterna nos permite ver qué ocurre a continuación, en el caso de la radio, nos avisará de cuando nos va a atacar un enemigo.

Pero en Silent Hill, el mayor cambio que afecta a todo es el apartado gráfico. La nueva generación consigue que Silent Hill sea más terrorífico que nunca.

 

Nueva generación
Si hay un apartado en el que podemos ver un gran cambio en este juego, es precisamente en el apartado técnico. No es sólo de aprovechar al máximo las nuevas características de las consolas de actual generación, es también de conceptualización.

Porque uno de los efectos que más impresionan en este juego es cuando suena la sirena y todo se transforma. Veremos cómo, literalmente, las paredes se arrancan a jirones para mostrar la verdadera cara de Silent Hill

Los decorados, ya sean de los dos pueblos o de la versión infernal de Silent Hill, están cuidados al máximo para ofrecernos un detalle gráfico realmente espectacular.

También el modelado de los personajes, así como su textura, han mejorado. En algunas de las imágenes, las famosas enfermeras del juego tienen una calidad extraordinaria. Además, las animaciones se han cuidado aún más para dar ese aspecto terrorífico en el que parecen andar como si fueran marionetas.

El sonido también ha evolucionado y Konami ya ha asegurado sonido posicional, así como una banda sonora que nos ponga los pelos de punta aún más. Lo único malo, como suele ser habitual en Konami, es que el juego no llevará ningún tipo de doblaje, aunque sí subtítulos en castellano.

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